VERDE QUE TE QUIERO VERDE


En italiano existe un frase muy típica para definir un color como éste, y dice así: "Chi di verde si veste della sua beltà troppo si fida", que viene a decir que aquel que de verde se viste, de su belleza se fía demasiado...

Y eso es lo que le ha pasado a este mueble. Con un exceso de vanidad, apostamos por transformarlo en una pieza más campestre, y utilizando este tono, hemos logrado un cambio rotundo.

Adquirimos el mismo, en una tienda de segunda mano, por un precio irrisorio, ya que tan sólo costó 20 euros. Se trataba de un aparador de líneas clásicas, atemporales, sencillo y robusto. Sentimos no tener una foto previa, pero "el ansia viva" de empezar la restauración, nos hizo olvidar este paso tan importante, por lo que hemos buscado en una revista de decoración, y podríamos decir que el que os mostramos en esta imagen es muy similar al nuestro.





Pero... se veía que no había sido bien cuidado, y la madera aparecía deslucida, con decoloraciones en algunas zonas, además de contar con una encimera de mármol, que ya sabéis que no nos gustan para las piezas que restauramos.

El lugar donde iba a ser emplazado era en una casa en la sierra,  y pese a que somos fans incondicionales del color blanco, por su versatilidad, esta vez reconocimos que rindiendo un homenaje a los paisajes de la zona, la mejor opción era el tono verde rosmarino, tan profundo y vibrante.

Así que nos pusimos manos a la obra, y como siempre, tras un breve lijado, procedimos a dar la primera capa de imprimación. Recordar que es requisito sine qua non para que la pintura definitiva tenga una buena adherencia, y con el uso no se desprenda, originando un efecto decapé, pero no deseado....





Tras 12 horas de secado, dimos la segunda mano, y esperamos para poder aplicar el tono elegido.




Reiteramos nuestras disculpas por no disponer de más fotografías de la transformación, pero como podéis comprobar, además del color, pusimos unos tiradores nuevos, adquiridos en Leroy Merlín, con un precio muy asequible, y para rematar la encimera, optamos por utilizar un tablero de 2´5 cm, procediendo a pintar el mismo con un barniz incoloro, para que se vieran las vetas y nudos de la madera.


Como ya sabéis, en nuestro caso, consideramos los elementos que acompañan a nuestros "tuneos" igual de importantes que las piezas principales, por lo que a continuación, os enumeramos los objetos que utilizamos.

En primer lugar, en un lateral, optamos por reagrupar unas botellas de cristal, siendo una de anís, que recuperamos de una vieja despensa, y las otras dos, adquiridas por sólo 1 euro, en una tienda de menaje. El plato de cristal lo recuperamos de un vertedero (hay que ver los tesoros que desprecia la gente...)



En segundo lugar, en el centro, situamos una sopera que nos regalaron, (más de uno habrá visto en casa de su abuela otra igual), y nos pareció muy original, ya que siempre las habíamos visto ovaladas.



En tercer lugar, con una tabla de madera, recreamos un centro, con diversas plantas crasas, y unas velas de nuestra adorada Ikea.

Et voilá, éste es el  resultado global:


Acompañamos la parte superior con un espejo que recogieron unos familiares de un antiguo almacén que regalaba los últimos muebles, el cual pintamos de verde para armonizar el conjunto.

No os vamos a negar que es una tonalidad atrevida, pero si disponéis de una gran estancia, con techos altos y mucha luz, como era el caso, no dudéis en utilizar este color, que siempre está presente en nuestros campos, montes, y pueblos de la sierra.



Deseamos que os haya gustado, y recordar que todo tiene una segunda oportunidad.

Próximamente os ofreceremos un proyecto de jardinería, con un objeto cuyo uso inicial nada tiene que ver con este sector....

Gracias por seguir nuestros modestos "tuneos" y recordar compartir, por si puede ser de inspiración a otras personas.

Comentarios

Entradas populares